La obra
Gismonda de Mucha es marcadamente modernista. La mayoría de elementos son de
marcada índole de la época como hemos podemos ver, líneas de látigo y
estilización general, estilización de la mujer igualmente, contornos de línea,
colores con tratamiento plano. Etc. es una época en la que se hace mucha
litografía y por ello se dirige todo más hacia la publicidad. Los colores pastel
son un poco más brillantes y llaman la atención. El fondo blanco y sobre éste
la figura hace que no se pierda la atención hacia otras cosas. La línea de
contorno define mejor la figura. En esto se puede ver la influencia de la
pintura japonesa que tomó mucha importancia en la época. Este arte nuevo era
muy rompedor con lo anterior. Estaba muy inspirado en William Morris que
pregonaba que los objetos deben buscar un valor estético y que sean alcanzables
por toda la población. Se puede ver que aunque equilibrada, la obra recae en
cierta asimetría si se considera que el peso recae sobre la chica y no sobre a
palma. La asimetría es una constante en el modernismo y que en este caso
contrasta con el fondo de inspiración. Observamos varios motivos florales y
vegetales en los ropajes de la mujer, propios del acercamiento a la naturaleza
que hubo en ese tiempo. Ésta influencia se puede observar incluso en la
tipografía la cual parece dividir al cartel en tres partes: el título de arriba, la figura y el rótulo de abajo. Los dos
primeros están equilibrados en el centro. Todo va llevando hacia un ambiente
exótico, fantasioso e idealizado.
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